Para responder a esta pregunta, primero tenemos que comprender dos cosas. Número uno, que es un apóstol, y número dos, cuáles eran los requisitos para ser apóstol. Un apóstol era un testigo de primera mano de lo que Jesús dijo e hizo. Estos testigos fueron extremadamente importantes para la iglesia pues Jesús no dejó nada escrito. Por lo tanto, todo lo que conocemos sobre él lo conocemos a través de los apóstoles. Ellos fueron los responsables de poner el fundamento a la iglesia. (Efesios 2:20) puesto que el fundamento tiene que ver con la etapa inicial de algo, y no se puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, deducimos que los apóstoles tenían un carácter único y que pertenecían sólo al primer siglo del cristianismo. Cuando usted estudia los escritos de los padres de la iglesia (Es decir, los primeros escritores cristianos de reconocida eminencia) notará que los que escribieron en el siglo segundo ya hablaban del tiempo de los apóstoles como algo del pasado. Y si en el siglo segundo el tiempo de los apóstoles ya había pasado, imagínese usted en el siglo 21 !!!!! Por otro lado, podríamos hacer una lista enorme de hombres de Dios que a través de la historia han hecho una aportación significativa al reino de Dios, sin embargo, ninguno de ellos se hizo llamar apóstol. A continuación le presento los requisitos biblicos para ser un apóstol, como verá, algunos de ellos no es posible cumplirlos en la actualidad:
- Tenía que recibir el evangelio y la comisión a predicarlo directamente de la boca de Jesús, y no de segunda mano. Noten ustedes que el mismo apóstol Pablo tuvo que asegurarle a sus lectores que él no había recibido o aprendido el evangelio de ningún hombre. En otras palabras, que lo que él predicaba entre los gentiles Cristo mismo se lo había revelado. Si Pablo no hubiese insistido en esto, no habría sido reconocido como apóstol pues en la iglesia primitiva, a diferencia de la actualidad, si se sabía lo que significaba ser un apóstol. Veamos el pasaje: "Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo." (Gálatas 1:11-12)
- Ser testigo de la resurrección, o sea, haber visto a Cristo resucitado.
- La manifestación continua del poder milagroso de Dios. (2 Corintios 12:12)
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