Muchos creen que el amor es un sentimiento mágico que esta, o no esta, y que nosotros no podemos hacer nada para que nazca y se desarrolle en nuestros corazones. Pero esto es un concepto equivocado que muchos lo han aprendido de las novelas baratas. Hay muchas cosas que nosotros podemos hacer para cultivar el amor en nuestro matrimonio, pues el amor es como una plantita que necesita cuidados y acondicionamiento. Claro esta, hay una parte que nos toca a nosotros y una gran parte que le toca a Dios. Pero para que Dios pueda hacer su parte, Dios debe estar en nuestra relación. Recuerda que el amor es una decisión, un mandato divino, y sobre todo, el amor es el resultado de nuestra relación personal con Dios. ¿Que tiene qué ver el amor divino con el amor hacia nuestro cónyuge? Bueno, recuerda que el que no tiene a Dios no puede amar, o por lo menos no puede amar como Dios quiere que lo haga. Es interesante que en el griego hay cuatro palabras para amor, pero cuando Dios le dice a los esposos que amen a sus esposas la Biblia utiliza la palabra "agape" que es el amor que Dios derrama en nuestros corazones. (Efesios 5:25) Noten los detalles del texto, dice que los maridos deben amar a sus esposas "como Cristo amo a la iglesia y se entrego a si mismo por ella" Es por eso, que nuestra relación con Dios es el mejor fundamento para nuestro matrimonio y nuestra familia en general. Un matrimonio indestructible requiere tres elementos: Dios, el esposo y la esposa. Bien lo dijo Eclesiastes: "cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario